APLICACIONES
Durante muchos años, la principal tecnología de acceso a la red
de telefonía fija y a Internet para muchos hogares y empresas ha sido el par de cobre, que nos ha
hecho (y sigue haciéndolo) de puente de unión con las centrales de conmutación
y, por tanto, nos unen con las redes de los operadores. A pesar de ser una
tecnología que nació a la vez que el propio teléfono, durante los últimos años
hemos exprimido su capacidad y, a la vez que podíamos transportar la voz. Hemos
visto cómo también se ha convertido en el canal de transporte de datos gracias
a las tecnologías xDSL (ADSL, ADSL2,
ADSL2+, VDSL, etc.) que nos han abierto la puerta a Internet y a otros
servicios de valor como la televisión IP o el vídeo bajo demanda.
Sin embargo, a pesar de todo lo que hemos podido exprimir el par
de cobre, la evolución natural de las redes y los servicios que se ofrecen
desde éstas ha provocado que este tipo de tecnologías haya tocado techo y se
tengan que plantear nuevas tecnologías de acceso capaces de soportar la demanda actual y futura de los usuarios
(acceso a Internet de gran velocidad, aplicaciones a tiempo real, vídeo bajo
demanda en calidad HD, etc.).
Cuando hablamos de los cables submarinos, observamos
que estos sufrieron una evolución tecnológica que los llevó del par de cobre a
pasar por el cable coaxial y, finalmente, a la fibra óptica que hoy en día utilizamos, una evolución que no dista de la que
han sufrido las redes de los operadores en los distintos niveles que forman sus
redes y que, sin embargo, ha mantenido invariante lo que se conoce como la última milla, es decir, el
tramo que va desde la central del operador hasta el hogar del usuario. El
cambio tecnológico que supone la sustitución del cable de cobre por fibra óptica en esta última
milla es lo que se
conoce como FTTH, es decir, el Fiber-To-The-Home, un cambio
tecnológico que nos abre las puertas de las redes de nueva generación y, por
consiguiente, un interesante abanico de servicios.
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